Comunicado de posicionamiento de la Sociedad Panameña de Obstetricia y Ginecología sobre la vacunación materna.
La vacunación de la mujer embarazada es una política de salud pública altamente eficiente, que protege a la madre, al feto y al lactante de determinadas infecciones. Las vacunas pretenden estimular la inmunidad materna; es decir, la capacidad natural de las mujeres embarazadas para brindar protección a sus bebés mediante la transferencia de anticuerpos.
Los anticuerpos maternos se transfieren en los últimos meses del embarazo a través de la placenta (principalmente IgG) y tras el parto, y a través de la lactancia materna (principalmente IgA).
En este sentido, la Sociedad Panameña de Obstetricia y Ginecología (SPOG), como defensora del derecho a la salud de la población, principalmente de la mujer panameña y de su bebé tras cuidar de su embarazo, exhorta a las mujeres que planifican un embarazo y a embarazadas a vacunarse.
En Panamá, se recomienda que las mujeres embarazadas se vacunen contra el tétano, la difteria y la tosferina (Tdap), la influenza, la Covid-19 y el Virus Sincitial Respiratorio. Cabe destacar que Panamá es reconocido por contar con el plan de inmunización más completo de la región.
Las diferentes vacunas hoy existentes responden a años de experiencia científica, desarrollo e investigación; y su aplicación se sustenta en estudios de población que demuestran su seguridad y eficacia durante este periodo. Se aplican con el objetivo de prevenir enfermedades que representan una amenaza significativa para la madre y para los recién nacidos, incrementando con ello sus posibilidades de sobrevivir a enfermedades infecciosas potencialmente devastadoras y mortales. Los anticuerpos monoclonales también son una opción de protección; no obstante, estos deben ser considerandos como complementarios o para aquellos casos en los que la vacunación no sea posible por imposibilidad de la mujer a recibir la misma.
La inmunización materna también contempla vacunas previas al embarazo; no obstante refiriéndonos puntualmente a los beneficios de las que se aplican durante el estado de gestación, estas brindan protección a la mujer porque durante este periodo se producen cambios en el organismo que pueden aumentar su susceptibilidad a gravedad y complicaciones por algunas enfermedades, como por ejemplo, la influenza y la Covid-19.
Respecto al feto, protege al mismo de enfermedades prevenibles que pueden afectar su desarrollo, como es el caso de la rubéola; y protege al recién nacido, gracias al paso por la placenta de los anticuerpos maternos, que aportan defensas frente a enfermedades que pueden ser muy graves en los primeros meses de la vida, como es la tosferina y el virus sincitial respiratorio.
No hay que dejar de lado el efecto barrido que tiene la vacunación. Una mujer embarazada vacunada no contagiará a su grupo familiar de infecciones transmisibles que pudieran a la vez contagiar al bebé recién nacido.
La SPOG reitera que “No hay mejor vacuna que la que está disponible y que se aplica”. ¡Por más mujeres y bebés sanos!


