Para cubrir las necesidades básicas de líquidos conviene llevar una rutina a lo largo del período de lactancia: tomar zumos de frutas en el desayuno, comer siempre con agua y tomar fruta fresca de postre, para la merienda tomar también fruta o zumo y durante las tomas tener un vaso de agua al lado para calmar la sensación de sed.

El agua mineral puede proporcionar una hidratación saludable en cualquier momento, lugar y etapa de la vida. Pero me alegra ver cómo expertos de la talla del Instituto trabajan para recordar especialmente a los grupos de población más sensibles la importancia de beber agua mineral para mantener una buena hidratación, sobre todo, durante periodos en los que es necesario mimarnos un poquito más.

Ingestas recomendadas de agua durante el embarazo y la lactancia
En general, una mujer embarazada necesita aumentar su ingesta de agua en al menos unos 300 mililitros al día. Para una correcta formación del líquido amniótico, el crecimiento del feto y la mayor ingesta de energía que tiene lugar durante el embarazo.

En el caso de la madre lactante: Se deben añadir 700 ml/día de agua sobre la ingesta habitual para garantizar la salud del bebé, de la madre y la composición adecuada de la leche.

La ingesta recomendada de agua durante el embarazo: Es de 2 a 2,5 litros diarios, de los que 0,7 litros es agua procedente de los alimentos.

Durante la lactancia: La ingesta recomendada de agua es de 2,5 a 3 litros diarios, de los que 0,7 litros es agua procedente de los alimentos.

¿Qué pasa si amamanto y estoy deshidratada?
La deshidratación leve no afecta la producción de leche materna, pero cuando ésta es moderada o grave sí puede tener efectos negativos que pueden suponer cambios en la composición de la leche y reducciones en la cantidad de leche producida.

• Trata de tomar un vaso de agua cada vez que amamantes al bebé.
• Limita o evita las bebidas que contengan mucha cafeína o azúcar adicional.